Cuando vemos imágenes de las olas monstruosas de Nazaré, se muestra a los pequeños surfistas cabalgando muros de agua gigantes. Pero lo que no vemos son las dificultades que pasan estos valientes.
En la mayoría de olas de renombre mundial consideras BIG WAVES, la rompiente está muy bien definida y hay zonas “seguras” que facilitan el trabajo de los equipos de seguridad. En Jaws o Mavericks por ejemplo, las olas rompen lejos de la costa y mueren en un canal.
El peligro de la ola portuguesa radica en que no existe este canal. La olas son mucho más impredecibles y el lugar en el que rompen varía mucho. Esto hace que la labor de los equipos de rescate sea mucho más dificultosa.
En este video, Alex Botelho y Hugo Vau se ven en una situación comprometida que, gracias a su experiencia, sólo quedó en un susto.